SURFING PERÚ

En España ya se da por finalizado el verano y HUMO esta a punto de sacar colección... No os la podéis perder, mientras tanto podéis ir viendo el fantástico trabajo que desarrolla, desde el patronaje hasta el acabado, solamente hay que hacer clic en el enlace directo a su web AQUÍ.

Estoy triste. Ya se han ido.. Edu, Aitor y Tania ayer viajaron rumbo a España. Pero eso lo dejo para otra entrada.



Minutos antes del viaje de vuelta. Mas detalles en la próxima actualización.

Eduardo vino a buscarnos al hotel a Tania y a mi, a las dos horas se presentaron Lu y Yes para irnos pitando hacia la feria gastronómica del Callao.
La feria se celebraba en el Real Felipe (a mi me sonaba a estadio de fútbol) que es una fortaleza que antiguamente se utilizaba para defender los ataques de los piratas y corsarios, muy Piratas del Caribe.
Una vez ahí y tras hacernos las fotos de rigor con los guardianes de seguridad haciendo el moñas mientras ellos, impasibles, pensaban lo muy gilipollas que eramos, nos fuimos directos para adentro.

Al entrar nos recibieron con unos cañonazos de espanto, parecía que estaban atentando o algo así pero se ve que era una demostración, entramos con recepción a cañonazos incluida. Como nos merecemos.


Fortaleza del Real Felipe. Callao.

La fortaleza estaba llena de gente hambrienta, a unas colas enormes se le sumaba la extrema lentitud de la gente que servía la comida. Lu, Tania y Edu se decidieron por platos amazónicos mientras que Yes pedía arroz con mariscos y cebiche, yo morí al palo del sushi que me apetecía un montón.
Nos sentamos en el césped, bueno, tras comprobar que el suelo dejaba una serie de manchas en los pantalones e hicimos un mini pic-nic con nuestra comida peruana.

Todo un éxito, nos pusimos tibios.

Pic-nic peruano.

Tania, como no, a parte de llamarle a la cecina "ASESINA" se inventó que el cebiche que no le gustaba, lo probó y dijo la frase mítica "estaría comiendo cebiche todo el día" adivináis que fue lo que cenó esa noche en TANTA?

TANTA es una especie de VIPS pero con la diferencia de que el dueño es Gastón Acurio que es un chef peruano muy conocido en el mundo. El TANTA de San Isidro no es para tirar cohetes.

Ese día dormimos con la barriga llena.

Los chicos de la segunda incorporación nos dijeron que querían hacer una cena con nosotros y que nos la iban a preparar, no sé que les hace Tania a sus chicos pero nos deben de ver con cara de hambre... Por supuesto que allá fuimos. Nuestra segunda cena como invitados.

Llegamos a la casa de Iván que era el anfitrión y ahí nos esperaban todos los chicos (la mayoría chicas) del curso. Nos trataron como reyes, nos disfrazaron, bailamos reggaeton, bachata, salsa, de todo, nos tiraron nieve en spray... todo eso regado con unos pisco sours caseros, limonada y cerveza y acompañado por una PACHAMANCA a la olla con pollo, camote (boniato), patata y habas. Genial.
Estuvimos cantando en el Karaoke la fantástica canción "La Loba" de las chicas del Can que sin duda es una de las canciones que me llevo de aquí. Muchas risas y sobretodo muy buen rollo entre todos.

Lo que más me llama la atención de la cultura peruana es lo buenos anfitriones que son, nunca falta de nada.

Era el último domingo que Edu, Aitor y Tania se quedaban en Lima por lo que decidimos aprovechar y conocer al menos un parte diferente del Perú. Decidimos que lo más lógico era no hacer un viaje muy pesado por lo que alquilamos una furgoneta con un chofer para dirigirnos a Paracas-Islas Ballestas y a Ica-Oasis de Huacachina.

Nos encontramos con Yes, Lu y Ricardo que era nuestro chofer y tras un viaje movidito por los mareos que me dieron y conllevó a que echara todo lo que habitaba en mi interior, llegamos a Paracas donde un sol radiante nos daba la bienvenida. Unas playas algo sucias pero no por ello menos bonitas donde niños se bañaban en el agua helada.

Yo no me meto en ese agua ni loco! que frío!

A la orilla estuve jugando con unos graciosos pelicanos que eran enormes (me llegaban mas allá de las rodillas)  haciendo tiempo a que saliera el bote que nos pasearía por el mar.

Mis amigos los pelícanos... menudos listos!

En medio del mar con el sol en la cara y la brisa refrescándonos, paseando entre islotes llenos ( y cuando digo llenos, es llenos) de gaviotas y diferente fauna aviar nos explicaron que el guano (caquita de pájaro) de las islas de Paracas sigue tiene gran demanda en el mundo por ser un abono natural y que hoy en día la producción de guano es menos debido a una reducción en la cantidad de aves. Se extrae el guano cada seis años cuando la capa de guano es suficiente para que la extracción sea rentable. También pudimos ver leones marinos en su hábitat natural e incluso pingüinos peruanos que actualmente están en peligro de extinción.

Leones marinos y aves en los islotes. Un espectáculo brutal.

En otra parte del paseo vimos esculpido en un cerro el misterioso geoglifo en forma de candelabro. Un dibujo en la tierra que se desconoce su origen... muy cuarto milenio.
Se utilizaba como faro para los navegantes para orientarse.

El geoglifo del candelabro, todo un misterio.

A todas estas me llamó mi santa madre la cual se quedo muerta cuando le dije que estaba viendo pingüinos y que no era en el zoo.

Llegando a tierra firme. Paracas, Islas Ballestas.

Una vez en tierra firme y tras bebernos una limonada frozen, nos subimos a la furgoneta y tomamos rumbo a Ica, al oasis de Huacachina
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Impresionante. Es uno de los paisajes mas bonitos que he visto en mi vida.

Un oasis en medio de unas inmensas dunas, como de pelicula. Ahí conocimos a Diego que iba a ser el conductor de nuestro tubular/buggie. Unas carreras por las dunas a modo de montaña rusa subiendo cuestas de casi 90 grados, descendiendolas a toda velocidad, surfeando las cimas e incluso dando pequeños saltos por ellas mientras el sol brillaba encima nuestro achicharrándonos la piel. Brutal.

Oasis de Huacachina. Impresionante. Ica.

Diego nos llevo en medio del desierto para que practicáramos sandboarding.
Hubo caídas para todos (a Yes le costó un buen moratón) a excepción de Tania y Lu que muy divinas se quedaron en el buggie, lo de comer arena no es lo suyo..

Observando. Siempre.

Hubo un momento que me lancé con la tabla y al llegar abajo del todo de la duna me quedé en silencio, la sensación fué brutal, a veces no nos damos de la inmensidad de las cosas.

Me sentí un puntito en medio de la nada e imaginé cómo sería todo en tiempos pasados, cuando no existían los GPS y demas sistemas de orientación. Realmente es una experiencia recomendable.
Me fijé en la arena, hundí mis pies bajo ella y vi como el viento poco a poco modelaba las dunas que a saber el tiempo que había costado formarlas...

Yo, en medio de la nada...

El buggie o tubular que nos llevó por las dunas de Huacachina.

Tras la aventura y achicharrados comimos en el oasis, justo al lado de la Laguna de la Huacachina cuya leyenda es muy interesante.
Cuentan que una doncella se cayó a la laguna y se convirtió en sirena, las noches de luna llena  la sirena sale a cantar sus cantos tristes y cada año una persona que no es de Ica muere ahogado en la laguna, especialmente hombres.

La preciosa Laguna Huacachina, donde las noches de luna llena se oye cantar a una sirena...

Tras todo este ajetreo nos subimos a la furgoneta y nos dirigimos de vuelta a Lima en un viaje en el cual todos caímos rendidos... Al día siguiente era día de trabajo.

La ultima semana en Lima para Tania, Aitor y Edu.